Especie común en el género humano son los que se quejan por todo. ¿Qué tiene que ver esto con los ídolos minoritarios? El deporte que abordamos hoy, el aeromodelismo, invita a toda la saga de quejicas a pronunciar todo tipo de improperios sobre este deporte, que podemos resumir en: 1) Es muy aburrido y hay que estar con la cabeza levantada todo el rato...¡Me duele el cuello! 2) Los aviones están muy lejos y apenas se ve nada. 3) Lo único que se distingue es el monótono y repetitivo ruido que emiten.
Concedidas esas minucias, el aeromodelismo es, sin embargo, un deporte cuyas características lo convierten en especial. No se sustenta simplemente en hacer volar un avión, sino competir contra otros profesionales en cuatro categorías. Personalmente, la más espectacular es el llamado Vuelo Circular, donde los pilotos “deben situarse a 16 metros de distancia de sus respectivos modelos. Los aviones son dirigidos gracias a la ayuda de dos cables de acero trenzado, que están conectados a los mandos que sostienen los pilotos. La función de estos cables es, en primer lugar, la de mantener sujeto al avión y obligarle a volar en círculo, y en segundo lugar, la de vincular los movimientos que los pilotos realicen con sus manos para dirigir al avión. Es por ello, que el vuelo circular es uno de los más completos ya que permite a los pilotos realizar maniobras y figuras variadas”, según lo explica Pablo Emperador en El Día de Valladolid, viernes 14 de julio de 2006. En esta disciplina se suele establecer una distancia de 1 kilómetro, que los pilotos, mediante vuelo circular, deben recorrer en el menor tiempo posible. El actual récord de España lo posee Luis Parramón, que en una competición en Alemania en 2003 cubrió el recorrido en apenas 11 segundos; lo que equivale a que su bólido alcanzó algo más de 300 kilómetros por hora.
Y es que la velocidad es el eje fundamental del aeromodelismo. Los pilotos han de contar con la pericia suficiente como para saber domar sus máquinas con el contador del velocímetro al máximo; fijémonos en el caso del combate, disciplina en la que dos aviones pugnan por cortar una cinta que pende de la cubierta de su rival. Prueben a hacerlo a tal velocidad...y a varios metros de distancia del suelo.
Las otras categorías son acrobacia y carrera. Su esencia estriba casi en el propio nombre. En la primera, los aviones deben completar estéticas piruetas que serán valoradas por un jurado; en el segundo, la velocidad es el único ingrediente que debe poseer el bólido para vencer a sus rivales. Además, en las escuelas y clubes se enseñan técnicas tanto para despegar como para aterrizar de forma eficaz. No es de extrañar, por tanto, la cantidad de cuidados a los que los pilotos someten a sus máquinas, casi un hijo para ellos. Hay que invertir mucho dinero, desde la compra de la carcasa y los materiales electrónicos (incluido el mando de radiocontrol que ves al margen) hasta la reposición de materiales, porque los accidentes, motivados usualmente por el choque contra otros aviones u objetos cercanos a la pista de vuelo, suelen ocasionar bastantes desperfectos. Sin olvidar la gasolina, el nutriente básico del avión.
Y en Valladolid también hay virtuosos del avión, que elevan el nombre de la ciudad a los altares del cielo. Conforman el Club Aerosafa (AEROmodelismo SAgrada FAmilia, en honor al colegio en donde se gestó la idea de crear una asociación aeromodelística. El germen fue Antonio Rojas, actual presidente, que en los años 70 ejercía de profesor en un centro educativo de Almendralejo, provincia de Badajoz. Para reforzar los conocimientos de física, química a y matemática que impartía a los alumnos, estableció como actividad complementaria el vuelo circular de maquetas de aviones. Hoy Rojas sigue al frente de un nutrido grupo con notables logros tanto a nivel nacional e internacional. Nombres como César Picado y Juan Carlos Frías suenan a gurús de este deporte, la pista de Terradillos, en la carretera Renedo, es un templo, y sus maquetas, iconos que adorar. En la web de esta asociación leemos un completo resumen del palmarés aglutinado por sus federados:
Concedidas esas minucias, el aeromodelismo es, sin embargo, un deporte cuyas características lo convierten en especial. No se sustenta simplemente en hacer volar un avión, sino competir contra otros profesionales en cuatro categorías. Personalmente, la más espectacular es el llamado Vuelo Circular, donde los pilotos “deben situarse a 16 metros de distancia de sus respectivos modelos. Los aviones son dirigidos gracias a la ayuda de dos cables de acero trenzado, que están conectados a los mandos que sostienen los pilotos. La función de estos cables es, en primer lugar, la de mantener sujeto al avión y obligarle a volar en círculo, y en segundo lugar, la de vincular los movimientos que los pilotos realicen con sus manos para dirigir al avión. Es por ello, que el vuelo circular es uno de los más completos ya que permite a los pilotos realizar maniobras y figuras variadas”, según lo explica Pablo Emperador en El Día de Valladolid, viernes 14 de julio de 2006. En esta disciplina se suele establecer una distancia de 1 kilómetro, que los pilotos, mediante vuelo circular, deben recorrer en el menor tiempo posible. El actual récord de España lo posee Luis Parramón, que en una competición en Alemania en 2003 cubrió el recorrido en apenas 11 segundos; lo que equivale a que su bólido alcanzó algo más de 300 kilómetros por hora.
Y es que la velocidad es el eje fundamental del aeromodelismo. Los pilotos han de contar con la pericia suficiente como para saber domar sus máquinas con el contador del velocímetro al máximo; fijémonos en el caso del combate, disciplina en la que dos aviones pugnan por cortar una cinta que pende de la cubierta de su rival. Prueben a hacerlo a tal velocidad...y a varios metros de distancia del suelo.
Las otras categorías son acrobacia y carrera. Su esencia estriba casi en el propio nombre. En la primera, los aviones deben completar estéticas piruetas que serán valoradas por un jurado; en el segundo, la velocidad es el único ingrediente que debe poseer el bólido para vencer a sus rivales. Además, en las escuelas y clubes se enseñan técnicas tanto para despegar como para aterrizar de forma eficaz. No es de extrañar, por tanto, la cantidad de cuidados a los que los pilotos someten a sus máquinas, casi un hijo para ellos. Hay que invertir mucho dinero, desde la compra de la carcasa y los materiales electrónicos (incluido el mando de radiocontrol que ves al margen) hasta la reposición de materiales, porque los accidentes, motivados usualmente por el choque contra otros aviones u objetos cercanos a la pista de vuelo, suelen ocasionar bastantes desperfectos. Sin olvidar la gasolina, el nutriente básico del avión.
Y en Valladolid también hay virtuosos del avión, que elevan el nombre de la ciudad a los altares del cielo. Conforman el Club Aerosafa (AEROmodelismo SAgrada FAmilia, en honor al colegio en donde se gestó la idea de crear una asociación aeromodelística. El germen fue Antonio Rojas, actual presidente, que en los años 70 ejercía de profesor en un centro educativo de Almendralejo, provincia de Badajoz. Para reforzar los conocimientos de física, química a y matemática que impartía a los alumnos, estableció como actividad complementaria el vuelo circular de maquetas de aviones. Hoy Rojas sigue al frente de un nutrido grupo con notables logros tanto a nivel nacional e internacional. Nombres como César Picado y Juan Carlos Frías suenan a gurús de este deporte, la pista de Terradillos, en la carretera Renedo, es un templo, y sus maquetas, iconos que adorar. En la web de esta asociación leemos un completo resumen del palmarés aglutinado por sus federados:
"...el Campeonato del Mundo conseguido por César Picado un Sëibnitz (Alemania) en el año 2002 en la modalidad de Combate juvenil, los 3 Campeonatos del Europa conseguidos por Roberto Simal en Hrädek Krälove (República Checa, 1995) y César Picado en Valladolid en los años 2001 y 2003 respectivamente, y los más de 20 campeones de España a nivel absoluto y en las diferentes modalidades en las que han competido los pilotos de Aerosafa. Más de 100 medallas en los últimos tres años y varios campeones de Europa y del Mundo tanto en vuelo circular como en modelismo espacial verifican que Aerosafa es una de las potencias señaladas del deporte del aeromodelismo"
Pues sí, en Valladolid viven campeones del mundo. Revise su buzón, puede que César Picado sea su vecino. O que un amiguete suyo conozca a Roberto Simal. Aunque, ¡qué caramba! No se preocupe, no podrá presumir de conocerles delante de su círculo cercano. Nadie les ha dado nunca un titular en televisión ni una portada en los periódicos.
5 comentarios:
Yo no lo hubiera explicado mejor. Gracias Mitxel por acercarnos cada día a diversos deportes que sin nosotros saberlo, cuentan con campeones mundiales nacidos en nuestra propia tierra. La culpa de nuestra ignorancia, de los de siempre...
Me alegra ver que tu blog está dedicado a todos esos deportes que mucha gente los deja de lado, pero que a muchas personas les interesan más que otros como puede ser el fútbol
¡Hola!
Estoy visitando tu blog.
Buen trabajo.
¡Saludos!
Fco. CABEZUELO
enhorabuena!! has hecho un buen trabajo y claramente llegarás a ser un gran periodista. un abrazo!
Hola,
Oye si quieres saber un poco mas de Rugby Sub aqui tienes una web de un club de Valladolid, ww.clubpiranas.bravehost.com en un mes van al campeonato del mundo, chao y como t han dicho antes, gracias por acercar estos deportes a todos.
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