martes, 15 de mayo de 2007

De Valladolid al cielo

Especie común en el género humano son los que se quejan por todo. ¿Qué tiene que ver esto con los ídolos minoritarios? El deporte que abordamos hoy, el aeromodelismo, invita a toda la saga de quejicas a pronunciar todo tipo de improperios sobre este deporte, que podemos resumir en: 1) Es muy aburrido y hay que estar con la cabeza levantada todo el rato...¡Me duele el cuello! 2) Los aviones están muy lejos y apenas se ve nada. 3) Lo único que se distingue es el monótono y repetitivo ruido que emiten.

Concedidas esas minucias, el aeromodelismo es, sin embargo, un deporte cuyas características lo convierten en especial. No se sustenta simplemente en hacer volar un avión, sino competir contra otros profesionales en cuatro categorías. Personalmente, la más espectacular es el llamado Vuelo Circular, donde los pilotos “deben situarse a 16 metros de distancia de sus respectivos modelos. Los aviones son dirigidos gracias a la ayuda de dos cables de acero trenzado, que están conectados a los mandos que sostienen los pilotos. La función de estos cables es, en primer lugar, la de mantener sujeto al avión y obligarle a volar en círculo, y en segundo lugar, la de vincular los movimientos que los pilotos realicen con sus manos para dirigir al avión. Es por ello, que el vuelo circular es uno de los más completos ya que permite a los pilotos realizar maniobras y figuras variadas”, según lo explica Pablo Emperador en El Día de Valladolid, viernes 14 de julio de 2006. En esta disciplina se suele establecer una distancia de 1 kilómetro, que los pilotos, mediante vuelo circular, deben recorrer en el menor tiempo posible. El actual récord de España lo posee Luis Parramón, que en una competición en Alemania en 2003 cubrió el recorrido en apenas 11 segundos; lo que equivale a que su bólido alcanzó algo más de 300 kilómetros por hora.

Y es que la velocidad es el eje fundamental del aeromodelismo. Los pilotos han de contar con la pericia suficiente como para saber domar sus máquinas con el contador del velocímetro al máximo; fijémonos en el caso del combate, disciplina en la que dos aviones pugnan por cortar una cinta que pende de la cubierta de su rival. Prueben a hacerlo a tal velocidad...y a varios metros de distancia del suelo.

Las otras categorías son acrobacia y carrera. Su esencia estriba casi en el propio nombre. En la primera, los aviones deben completar estéticas piruetas que serán valoradas por un jurado; en el segundo, la velocidad es el único ingrediente que debe poseer el bólido para vencer a sus rivales. Además, en las escuelas y clubes se enseñan técnicas tanto para despegar como para aterrizar de forma eficaz. No es de extrañar, por tanto, la cantidad de cuidados a los que los pilotos someten a sus máquinas, casi un hijo para ellos. Hay que invertir mucho dinero, desde la compra de la carcasa y los materiales electrónicos (incluido el mando de radiocontrol que ves al margen) hasta la reposición de materiales, porque los accidentes, motivados usualmente por el choque contra otros aviones u objetos cercanos a la pista de vuelo, suelen ocasionar bastantes desperfectos. Sin olvidar la gasolina, el nutriente básico del avión.

Y en Valladolid también hay virtuosos del avión, que elevan el nombre de la ciudad a los altares del cielo. Conforman el Club Aerosafa (AEROmodelismo SAgrada FAmilia, en honor al colegio en donde se gestó la idea de crear una asociación aeromodelística. El germen fue Antonio Rojas, actual presidente, que en los años 70 ejercía de profesor en un centro educativo de Almendralejo, provincia de Badajoz. Para reforzar los conocimientos de física, química a y matemática que impartía a los alumnos, estableció como actividad complementaria el vuelo circular de maquetas de aviones. Hoy Rojas sigue al frente de un nutrido grupo con notables logros tanto a nivel nacional e internacional. Nombres como César Picado y Juan Carlos Frías suenan a gurús de este deporte, la pista de Terradillos, en la carretera Renedo, es un templo, y sus maquetas, iconos que adorar. En la web de esta asociación leemos un completo resumen del palmarés aglutinado por sus federados:
"...el Campeonato del Mundo conseguido por César Picado un Sëibnitz (Alemania) en el año 2002 en la modalidad de Combate juvenil, los 3 Campeonatos del Europa conseguidos por Roberto Simal en Hrädek Krälove (República Checa, 1995) y César Picado en Valladolid en los años 2001 y 2003 respectivamente, y los más de 20 campeones de España a nivel absoluto y en las diferentes modalidades en las que han competido los pilotos de Aerosafa. Más de 100 medallas en los últimos tres años y varios campeones de Europa y del Mundo tanto en vuelo circular como en modelismo espacial verifican que Aerosafa es una de las potencias señaladas del deporte del aeromodelismo"




Pues sí, en Valladolid viven campeones del mundo. Revise su buzón, puede que César Picado sea su vecino. O que un amiguete suyo conozca a Roberto Simal. Aunque, ¡qué caramba! No se preocupe, no podrá presumir de conocerles delante de su círculo cercano. Nadie les ha dado nunca un titular en televisión ni una portada en los periódicos.

El deporte más difícil del mundo

“Vamos a echar un ping-pong”. ¿Quién no ha sucumbido a este deporte, tentado por el reto de darle a una minúscula pelota que coge velocidades endiabladas con una pala aún más pequeña? ¡Caramba, es un reto en toda regla! No en vano, la pelota, tras ser golpeada por la raqueta durante un tiempo máximo de 0,003 segundos, puede alcanzar casi 200 kilómetros por hora. Un reto por cierto seguido mayoritariamente en el planeta, pues según la Wikipedia, es el tercer deporte con más personas federadas, y que según la NASA es el deporte de élite más difícil de practicar.

Existe en Valladolid un pequeño reducto de estos privilegiados que miden su habilidad junto a los mejores equipos en toda España. Hoy hablamos del Collosa Telecyl, el equipo de tenis de mesa que cuenta con su conjunto femenino en la Superdivisión Femenina de la Liga Nacional, y a la escuadra masculina en la fase de ascenso a la élite de este deporte.

De entre jugadores, entrenadores y junta directiva sobresale un nombre. El de su fundadora y actual presidenta, Inmaculada Gato. Fue en 1979 el año en que creó, junto a Javier González, el Club Valladolid Tenis de Mesa, nombre hoy solapado por los patrocinadores que, sin embargo y una vez más, se erigen en sustento fundamental. Veintiocho años después, esta asociación ha logrado no sólo ubicar a Valladolid en lo alto de este deporte, sino también nutrirse de una potente cantera que copa las categorías inferiores de esta disciplina. Así, el Collosa cuenta con equipos en Primera Nacional Femenina, Segunda Nacional Masculina y que participa, además, en Campeonatos Universitarios, Escolares, Territoriales y Regionales, así como en los Autonómicos de Edad. “En Primera Femenina apostamos a jugar con infantiles y alevines para coger experiencia contra jugadoras que triplicaban su edad y han sido séptimas con una segunda vuelta fantástica, y en segunda masculina optan a subir a Primera el próximo 19 de mayo en Getafe. A ello añadimos que en todos los campeonatos a los que acudimos hemos obtenidos metales, y en Castilla y León somos el número uno indiscutible”, analiza Inmaculada Gato en una entrevista a El Norte de Castilla.

Los dos equipos de divisiones superiores han concluido en abril sus competiciones ligueras. Las féminas han concluido en tercera posición (de un total de diez), por detrás del Vic –campeón- y del Cartagena. Los chicos disputarán en breve la fase de ascenso a la Liga Enebé, el equivalente a la Primera División de fútbol. Echando un vistazo a sus plantillas, lo primero que llama la atención son los rasgos orientales de alguno de sus componentes: Chen Wei, Jiao Longly (tercera en el ranking elaborado por la Federación Española de Tenis de Mesa) y Min Hao (segundo en dicha clasificación de su categoría, la División de Honor). Y es que los países de Asia Oriental son los verdaderos dominadores de este deporte a nivel mundial. Por ejemplo, en los últimos Juegos Olímpicos, celebrados en Atenas en 2004, se celebraron cuatro pruebas de tenis de mesa. En total, doce medallas. Seis de ellas fueron para China (tres de ellas de oro), la otra victoria se la llevó Corea del Sur (que además obtuvo una plata y un bronce), y Hong Kong y Corea del Norte una plata cada uno. El único país no oriental que logró una presea fue Dinamarca, que se llevó un bronce. En menos de 40 segundos se puede argumentar el porqué. Mira este vídeo



Lástima de no contar con los recursos suficientes como para subtitular al locutor...Sigamos. En un artículo publicado por El Norte de Castilla se explica la estructuración y sistemas de entrenamiento empleados en el club, compuesto por 50 jugadores cuyas edades oscilan entre los 7 años, los benjamines, hasta los 23. Al igual que sucedía en el caso del rugby, esta actividad no proporciona la manutención suficiente como para vivir de ella, por lo que hay que compatibilizar la cancha con la oficina o con las aulas, en el caso de los más jóvenes. Así, las sesiones de entrenamiento no comienzan hasta las 7 de la tarde, y concluyen alrededor de las 9 de la noche. Lo hacen en las instalaciones de Río Esgueva y el Polideportivo Pisuerga, en un estricto horario, ya que la propiedad de estos recintos es municipal y la gestión, encargada a la Fundación Municipal de Deportes, establece a principios de temporada (mes de agosto-septiembre) el planning de actividades y deportes que se desarrollarán en cada uno de los pabellones propiedad del Ayuntamiento.

Así es este club, modesto a nivel vallisoletano y temido a nivel nacional. Y su pervivencia está garantizada, pues las nuevas generaciones, según cuentan, apuntan maneras. Igual el futuro número uno del ranking mundial es vallisoletano. Por lo menos, que los medios estén allí para contarlo.

jueves, 10 de mayo de 2007

"Touché" a la vallisoletana

Buscar en Internet, o simplemente en las páginas amarillas, el nombre Dismeva, conducirá a una empresa dedicada a la electricidad, neumática e hidráulica. Pero su nombre resuena también en modestos pabellones deportivos. Porque Dismeva es el patrocinador oficial de Valladolid Club Esgrima, una asociación relativamente joven (fue fundada hace menos de 20 años, concretamente en noviembre de 1988) pero con un palmarés ya jalonado por múltiples éxitos, principalmente autonómico, el último; la consecución del bronce por equipos del Campeonato de España del pasado año.



Grato recuerdo alberga de su participación en este certamen Raquel de Antonio. Madrileña de nacimiento pero vallisoletana de adopción y censo, es la actual poseedora del cetro nacional. Hito relevante del que apenas se dispone de información generalizada en Internet. Además, compite en un puñado de torneos internacionales de la Copa del Mundo, competiciones a las que sólo acuden las tiradoras (nombre con el que se conoce a quien practica esgrima) con el mejor coeficiente logrado en los campeonatos autonómicos y nacional. Todo ello se resuelve en apenas una columna, media página o en un apunte en la sección de breves. Ni punto de comparación que cuando el Valladolid jugó la UEFA, el ahora Grupo Capitol la extinta Copa Korac o el BM Valladolid Recopa y Liga de Campeones, más recientemente.

Cuenta en una entrevista concedida hace un par de meses que sus orígenes en el deporte de la espada llegaron por casualidad. Por aquello del azar, en su primer año en la carrera de Educación Física, un profesor le invitó a practicar esgrima, contemplada como asignatura obligatoria en el Plan de Estudios. Aquella fue su particular touché con el mundo del florete, una relación que se ha prolongado hasta ahora, doce años después y con la treintena en su DNI ya cumplida.

Sin duda representa la cabeza visible de un club que congrega desde aprendices en categoría infantil hasta experimentados espadachines que participan en numerosos torneos para veteranos. Ellos tampoco salen en la prensa; Raquel, de vez en cuando, y motivado notoriamente por a las notas de prensa enviadas por el club a los medios de comunicación. Una muesca más. Otro club y otro profesional que se erigen en primeras potencias, esta vez de la espada, pero por cada logro reciben un doloroso tocado. Lo dice Raquel: “En los deportes minoritarios en los que apenas te conoce nadie, no existe una gran diferencia. Lo celebras con tus compañeros, y tus amigos y familiares te felicitan, pero no tiene una gran repercusión, entre otras cosas por la falta de apoyo de los medios”.

martes, 8 de mayo de 2007

La capital del rugby

La primera parada es un homenaje a los ídolos minoritarios por excelencia de esta ciudad. Son los componentes del Cetransa Universidad Europea Miguel de Cervantes (conocido toda la vida como El Salvador), y el Castilla Informática Consulting Valladolid Rugby Asociación Club, el CIC VRAC (de toda la vida, Quesos Entrepinares, o simplemente, el Quesos, aunque el nombre actual cuesta decirlo de un tirón). Denominaciones complejas, sí, pero que simplemente lucen el logotipo de su patrocinador, la empresa que les sustenta económicamente durante un determinado período de tiempo. Es la ley del mercado. Tú me mantienes, yo te publicito.

Desde hace diez días reposa en la vitrinas de los chamis (es la forma popular de llamar al Cetransa, a los del CIC Valladolid se les conoce como queseros, en alusión a su anterior denominación) el título de Liga. El quinto de su historia; todos ellos logrados desde 1991. Sin duda, el conjunto ahora dirigido por el neozelandés Lewis Williams ha sido el mejor de los últimos tres lustros. Pensemos que de las diecisiete ediciones de la Superliga celebradas desde 1991, cinco han sido para el Cetransa. Y otras dos para el VRAC. En otras palabras, desde los noventa, una de cada tres ligas han aterrizado en Valladolid. Así es como se ha vivido la consecución del último trofeo liguero:






Sin embargo, las mieles del éxito se paladean de forma efímera. Unas copas de champán, recepción en el Ayuntamiento de la ciudad y la Diputación, y vuelta al trabajo. Exacto. Porque ni jugadores, ni cuerpo técnico viven del deporte, algo impensable en la vida de un futbolista, por ejemplo. Echan sus ocho horas en el tajo, y después, a entrenar, usualmente por la noche, soportando el gélido invierno de la ciudad o el cansancio acumulado de toda la semana. Y los sábados y domingos, en lugar de descansar, toca jugar.

Porque el rugby no es un deporte profesional en España. “La Federación Española de Rugby es la que tiene que pensar en crear un deporte plenamente profesional en la élite. En la actualidad, los jugadores que conforman el equipo nacional son aficionados o semiprofesionales”, recuerda Williams, actual técnico chami, en una entrevista concedida a El Norte de Castilla.

Pero curiosidad o forma de ser de este deporte, la camaradería reina. Todo partido se compone de ochenta minutos de juego dividido en dos tiempos. Pero el choque no concluye con el pitido final, sino que se prolonga con el tercer tiempo, que consiste básicamente en sustituir la hierba del terreno de juego, los golpes y el sudor por embutidos, cerveza y otros víveres altamente isotónicos destinados a prolongar fuerzas. Los que unos minutos antes se miraban con caras de asesinos, ahora ríen juntos, comentan lances y despellejan a los árbitros. Esto se realiza en la sede social del club que juega en casa. Y si el equipo rival no quiere, seguro que los jugadores locales no desprecian tales manjares.

Así es el rugby en Valladolid, una ciudad que vive intensa aunque minoritariamente el deporte del oval. Los derbys entre las dos escuadras locales es día de fiesta en Pepe Rojo, el campo de entrenamiento y sede de los partidos de ambos. Por si alguien quiere acercarse un día, está en la carretera de Renedo. Se distingue fácilmente por su exterior –que no pase desapercibida la comparación con Twickenham, el templo del rugby en Inglaterra-, y su interior, plagado de aficionados que acuden a su cita de cada domingo y provistos del condumio necesario –y cuya fidelidad no tiene nada que envidiar a los ingleses-.


Los días de derby son especiales fechas marcadas en rojo en el calendario. El duelo del perro y el gato apelando a la fauna, el Madrid-Barça en el argot futbolero. Pasión y nervios en dosis no recomendadas por ningún médico. Pero el lunes todos ellos pasarán desapercibidos por la calle.

Mamá, quiero ser deportista, pero no famoso

Lo reconozco. Nunca he escrito en un blog ni cosa semejante que se le parezca. Pero ahora ya estoy metido de lleno en la blogosfera esta, un curioso lugar formado por unos setenta millones de personas. Leo que en España ya hay más de un millón y medio de blogs y el mundo se me cae a los pies. ¿Para qué me molesto con tanta competencia y seguro que con temas más originales o novedosos? “Habrá que intentarlo”, me dijo esa cosa interior llamada conciencia. Inmediatamente, y tras encoger los hombros, escribo estas líneas.

En el pequeño espacio que honoríficamente y amablemente me concede Google (demasiadas facilidades...¿habrá letra pequeña?) pretendo reflexionar sobre deporte. Sin duda, un tema manido, desgastado, incluso denso y hasta soporífero. Pero lo que se va a tratar es el conjunto de aquellas disciplinas practicadas en Valladolid sin voz ni eco en los medios de comunicación. Deportes que no arrastran a más de diez mil fieles como el Real Valladolid, o, llenan el Pabellón Pisuerga ni Huerta del Rey como el Grupo Capitol y el BM Valladolid. La idea de este blog surgió hojeando El Norte de Castilla. En la edición del día 30 de abril se publicaron las fotografías de los festejos del Cetransa, equipo de rugby de la ciudad, tras conseguir su quinto título de Liga. Justo siete días antes el Real Valladolid ascendía a Primera División. Y ambos coincidieron en elegir la Plaza Mayor como epicentro de las celebraciones. Así estaba en uno y otro caso:

No cabe discusión en que los tres conjuntos antes nombrados simbolizan la ciudad y llevan su nombre por toda España e incluso por Europa, caso del equipo entrenado por Juan Carlos Pastor, reciente semifinalista de la Liga de Campeones, máxima competición europea del balonmano. Pero hay vida más allá de ellos y aquí vamos a intentar mostrarla. Pasa. Tienes la puerta abierta.